Todos los días podemos ver a personas que cuidan de otras. Ser cuidador puede llevar asociadas consecuencias positivas como la satisfacción de ayudar a alguien que lo necesita. Sin embargo, frecuentemente conlleva enfrentamientos, frustraciones y dificultades en las relaciones entre la persona atendida y el cuidador. Además, existe una asimetría social que convierte a la mujer, de manera casi sistemática, en cuidadora de aquellas personas que lo necesiten.
Propuesta Grupo Cambia
En Grupo Cambia hemos constatado que la carga física y psíquica que requiere esa atención suele desembocar con frecuencia en sentimientos contradictorios, culpabilidad, disminución de la autoestima… Por tanto los cuidadores deben atender también sus propias necesidades y cuidar de sí mismos, para poder mantener la calidad de los cuidados.